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Nunca se encontraron sus cadáveres

Este artículo ha sido premiado por InfoLibre este año 2022, en su sección Librepensadores

Verano de 2022. Mi madre tiene 91 años. Hace 86 que es huérfana a causa de la violencia nacida del alzamiento franquista contra la democracia española, en julio de 1936.

Sus padres, Arturo Sanmartín Suñer y Sofía Polo Giménez, fueron maestros. Maestros republicanos, vinculados a la Institución Libre de Enseñanza, y defensores de una enseñanza pública. Una enseñanza laica y de calidad para todos los niños y las niñas. Y para los trabajadores a los que impartieron clases nocturnas en centros de adultos.

Mi abuelo nació en Cedrillas (Teruel) y mi abuela en Cervera de la Cañada (Zaragoza). Se conocieron en Calatayud en 1926. Desde ese verano nunca se separaron, ni en la vida ni en el trabajo, hasta ese sangriento verano, otra vez verano, de 1936.

Juntos fueron a Villablino (León) a las escuelas de la Fundación Sierra Pambley. Allí permanecieron dos años, 1927-1929, significativos: allí nacieron sus dos hijos, mis tíos, y convivieron con Herminio Almendros y su mujer.

Luego a Madrid, donde nació mi madre. Trabajaron en unas escuelas de la Asociación de Amigos del Progreso en el barrio de Tetuán, financiadas por la madrileña logia Libertad.

En 1934, un nuevo traslado. Mi abuelo aprobó las oposiciones a Inspección de Enseñanza Primaria y mi abuela los cursillos de selección profesional. Y los dos fueron destinados a Palencia.

Durante esos años trabajaron con ilusión para mejorar la educación de los alumnos y profesores. Los dos estuvieron en las Misiones Pedagógicas y los dos militaron en la FETE y en el PSOE. Además, mi abuelo fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios.

En el año 2009, así se expresaba mi madre en una entrevista: “Mis padres estuvieron siempre muy comprometidos con la época que les tocó vivir: queriendo una enseñanza pública, laica y de calidad para todos; queriendo igualdad, libertad y justicia para todos. Justicia, no caridad. Les costó muy cara esa postura ante la derecha conservadora y clerical que dominaba en toda Castilla en los años de la República. Y que aún perdura”. Y sigue perdurando, digo yo.

El 18 de julio de 1936 todo desapareció. Se destruyó el mejor proyecto democrático que ha tenido este país y, sin ningún lugar a dudas, el mejor proyecto educativo que se ha desarrollado en la historia contemporánea de España.

A mi abuela la encontraron con sus alumnos en la colonia de verano de Monte el Viejo. La asesinaron y la desaparecieron.

A mi abuelo lo encontraron a las pocas semanas. Lo pasearon por la calle Mayor, lo asesinaron y le desaparecieron.

Saquearon su casa. Nunca se encontraron sus cadáveres. Nadie extendió sus partidas de defunción.

Consuelo Peláez Sanmartín -nieta-

La fotografía de mi madre y mis abuelos es del profesor de la Universidad de San Francisco Pedro Lange-Churion, en la exposición «DUERMA EN TI…Maternidades robadas en España 1939-1999», de la que es comisaria e investigadora la profesora del Queensborough Community College de Nueva York Aránzazu Borrachero Mendívil.

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FUERA TELARAÑAS_ EL NIÑO EN EL JUEGO

Hoy se cumplen 80 años del asesinato y desaparición de mi abuelo, Arturo Sanmartín. Muy poco ha quedado de su trabajo en la enseñanza, pero sí hemos podido rescatar algunos Boletines de Educación de la Inspección de Palencia. El Decreto de 2 de diciembre de 1932 (Gaceta de Madrid núm. 342 de 7/12/1932) dispuso que la Junta de Inspectores debía publicar un Boletín mensual en cada provincia. Uno de los inspectores, elegido entre sus compañeros, debía ocuparse de este Boletín y en Palencia fue mi abuelo, como Inspector de Enseñanza Primaria.

Reproducimos el editorial del Boletín de Educación de Palencia, número 8, abril 1934.

“Conocer al niño es de una gran transcendencia pedagógica y más difícil de lo que parece a primera vista. De este desconocimiento de lo que es el niño en sí dimanan todos los defectos de la Escuela anterior. La personalidad del niño existe y hay que respetarla. Ya Rousseau se lamentaba de que los padres y educadores busquen al hombre en el niño, sin pensar en lo que es antes que hombre. García Morente dice a este respecto que la pedagogía debe hacer del niño un niño y Ortega y Gaset ordena y suplica que se respete el infantilismo.

Conocer a la infancia, su personalidad, sus derechos, constituye hoy una preocupación constante y son muchas las entidades encargadas de realizar estudios, investigaciones y experiencias encaminadas a tal fin. Este niño que se estudia y se busca para respetar su naturaleza, es el niño en común, es, en una palabra, la infancia. Pero al Maestro no le es suficiente con este conocimiento, necesita conocer

la individualidad de cada uno de sus alumnos, precisamente para respetar aún más la naturaleza infantil y educar a cada niño según lo exija su propia individualidad.

Entre los medios que están al alcance del Maestro para este fin, se encuentra en primer lugar, el juego; esa actividad espontánea que tiene el don de abrir de par en par la psicología del alumno ante los ojos de un Maestro investigador.

Para nuestro propósito no necesitaremos buscar el origen del juego estudiando las diferentes teorías propuestas al efecto, ni siquiera las clases de juego, ya que éstos son una consecuencia de la edad del niño y de las tendencias de la época. Nuestras investigaciones, las que nos han de descubrir y dar a conocer al niño, lo mismo podrán efectuarse en los juegos espontáneos que en los de carácter intelectual, imaginativos, ingeniosos etc. Lo imprescindible es que el juego se realice con actividad autónoma, no subordinada a fines didácticos como tiende a hacerse frecuentemente. El Maestro durante el juego aparecerá como mero espectador o bien como un camarada más, pero nunca dejará que se trasluzca su papel fiscalizador.

Más que con toda la serie de medidas antopométricas nos dirá el juego qué niños son débiles o enfermizos, cuál tiene alguna propensión a estados congestivos, alguna dificultad del aparato respiratorio, circulatorio etc. Los temperamentos se destacan también en el juego, principalmente cuando éste es un juego social. Pero el valor en estos aspectos es pálido al lado de lo que representa con relación a la parte psicológica. El juego es el espejo donde se retrata fielmente el alma del niño, es la película móvil que representa rápidamente todos los estados sucesivos del alma infantil del pequeño luchador. El Maestro irá viendo en rápido desfile el apuntamiento de rencores, envidias, intenciones funestas y a la vez impulsos generosos de amistad, de cariño, de abnegación en muchos casos. Todas las virtudes morales y todos los vicios, se manifiestan en el juego.”

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FUERA TELARAÑAS_SOFÍA POLO GIMÉNEZ

Sofía Polo 192?-1936

Hoy se cumplen 80 años del asesinato y desaparición de mi abuela Sofía Polo. En su memoria reproducimos su intervención  en la inauguración de las escuelas de Huertas de Pombo, Palencia, el domingo 12 de noviembre de 1933. En esta escuelas debió realizar las prácticas siendo cursillista de magisterio. Todas sus notas, cuadernos, trabajos y fotografías  también han desaparecido.

“Nuestras enseñanzas han estado orientadas de tal forma que desarrollaran la actividad del niño.

El niño se manifiesta siempre activo, de no hallarse enfermo. Todas las madres saben el trabajo que cuesta hacer que sus hijos se estén quietos. Esta actividad debe aprovecharla la Maestra para realizar la labor escolar. La enseñanza hemos procurado hacerla sin memorismo, poniendo al niño frente a las cosas para que éstas le sugieran, ideas nuevas y le inciten a trabajar.

Hemos procurado dar al niño en la escuela aquella libertad compatible con la labor escolar. Libertad para hacer, para trabajar: no para dejar de hacer y que perturbe a los demás de la clase.

También hemos tratado de ser para los niños tanto amigos como Maestros. Las relaciones de camaradería entre Maestros y niños, permiten enterarse de sus ideas, de sus gustos, de sus deseos y también de sus defectos. Esto hace que pueda influirse mejor en ellos. En todo momento hemos sido sus compañeros, en el trabajo y en el juego.

Hay asignaturas en el Programa escolar que según cómo se orienten, forman su espíritu en un sentido o en· otro. Las enseñanzas y toda nuestra labor, han tenido carácter pacifista y moral. Tenemos la pretensión de haberles hecho comprender que todos los niños y todos los hombres tienen idénticas necesidades; que los de un barrio y los de otro, los de una provincia y otra provincia, los de una nación y otra nación son hermanos, forman parte del gran conjunto de la Humanidad.

De este modo hemos influido para que cada día fuesen mejores, y sin hablarles de dogmas religiosos, pusieran en práctica la máxima del Evangelio. Lo que no quieras para tí, no lo desees para otro.

Hay otras actividades que no están dentro del Programa escolar; pero que también ha de desarrollar la Escuela. Una de éstas es la Asociación infantil. Los niños sienten necesidad de jugar, de hacer excursiones, de leer libros de cuentos. No podrían lograrlo aisladamente. Nosotros les hemos hecho ver cómo juntando sus pequeños ahorros llegarían a tener todas estas cosas. Esto ha dado lugar a que niños y niñas crearan juntos la “Asociación Infantil de Huertas de Pombo”.

Un donativo entregado a dicha Asociación por el señor Alcalde de Palencia, contribuyó poderosamente a que algunos de los fines de la Asociación se viesen satisfechos inmediatamente. Hoy cuenta ya con un balón, una pelota, una pelota, una cuerda para saltar y otros objetos de juego. Además, un lote de libros de cuentos y aventuras que pueden ser el germen de una biblioteca escolar.

Todo lo dicho se refiere a la labor realizada con los niños. Pero, hay otra labor que está por realizar y que se refiere a las Autoridades y a los padres: consiste en la organización de un Comedor y de un ropero escolar. Para llevar esto a cabo es preciso que los padres se agrupen en torno de la escuela, prestándole su entusiasta colaboración, y que las Autoridades en general contribuyan a realizar esta idea.”

Boletín de Educación de Palencia núm. 3, Noviembre de 1933

Consuelo Peláez Sanmartín -nieta-

 

 

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“Muy allá, en el cuarto de atrás de la memoria tengo una época y unos días muy felices.”

II República Española

En el 84 aniversario de la proclamación de la II República Española quiero utilizar los recuerdos que mi madre, Natalia Sanmartín, conserva de aquella época hasta el verano de 1936 y que reflejó en su libro “La enseñanza: una ilusión compartida”. Ella era un bebé de dos meses aquel 14 de abril y aunque sus recuerdos no son muy claros en algunos momentos, sí lo son los sentimientos que tenía sobre sus padres y su entorno.

“Conservo imágenes muy nítidas de mis padres: Sofía, mi madre, una mujer moderna, inquieta, guapa, rubia, con unos ojos muy azules, propensa a estar rellenita, pero siempre alegre y muy cariñosa con sus hijos. Y, por encima de todo, con ella yo siempre me sentía muy protegida.

Arturo, mi padre, era un hombre más bien serio, moreno y muy alto, que, cuando llegaba a casa, siempre después de cambiarse de ropa, se ponía a jugar con sus hijos.”

Tras pasar un par de cursos en las escuelas de la Fundación Sierra Pambley en Villablino (León) y en una de las de la Sociedad de Amigos del Progreso en Madrid, la familia se trasladó a Palencia.

En 1933 mi abuelo había aprobado las oposiciones de Inspectores de Enseñanza Primaria y mi abuela aprobó con el número 2 los Cursillos para el ingreso en el Magisterio Nacional y en noviembre de 1934 fue nombrada maestra en propiedad de la Escuela Unitaria de Niñas, número 3, del Grupo Escolar Modesto Lafuente.

“En esos momentos mis padres estaban en plena satisfacción profesional y disfrutando de sus tres hijos muy queridos. En el terreno profesional mi padre encontró un gran colaborador y amigo en D. Daniel González Linacero, a la sazón director de la Escuela Normal de Palencia. Los dos juntos emprendieron la gran renovación de la enseñanza en la capital y en la provincia.

Mis padres participaron en Centros de Colaboración Pedagógica, en las Misiones Pedagógicas, en las Colonias Escolares, como en la colonia de El Monte el Viejo. Mi padre fue director del Boletín de Educación de la Provincia de Palencia y becario de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

Además de la labor pedagógica, mis padres tuvieron un gran compromiso con la sociedad, sobre todo a través del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y de la FETE-UGT (Federación de Trabajadores de la Enseñanza-Unión General de Trabajadores). Los dos estaban afiliados y eran propagandistas muy activos del partido y del sindicato que, en esos momentos, estaba teniendo gran impulso en Palencia. Mi madre, Sofía Polo, dirigía a los Pioneros: se encargaba de la formación infantil y juvenil. Los dos estaban muy volcados en todas las actividades de la Casa del Pueblo de Palencia.”

……………………

“El recuerdo de mis padres en los últimos días de Palencia está muy atrás. Muy allá, en el cuarto de atrás de la memoria tengo una época y unos días muy felices. En los carnavales de 1936 yo iba toda orgullosa disfrazada de gitanilla, reproduciendo los volantes de la falda los colores de la bandera republicana: encarnado, amarillo y morado. “

Hoy 14 de abril de 2015 recordamos aquellos días en los que España comenzaba el camino del progreso, con ambiente festivo en las calles. Fiesta y progreso que se truncaron muy pronto.

Consuelo Peláez Sanmartín

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Sofía Polo: maestra pacifista, sin dogmas religiosos

  • ¿Estuvo relacionada su desaparición con la persecución de los masones?

En otoño de 1933, Sofía Polo, maestra de una escuela de la Sociedad de Amigos del Progreso, había comenzado a preparar las oposiciones de Magisterio en Madrid, justo en el momento en que tuvo que trasladarse a Palencia con toda su familia, porque su marido, Arturo Sanmartín, había sido nombrado Inspector de Enseñanza Primaria en la capital palentina

Allí continuó con una preparación que la llevó a obtener el número dos en las primeras oposiciones que se convocaron. Este dato, con otros de su biografía, nos confirma que Sofía era una mujer brillante, con criterio propio; que Sofía siempre acompañó a su marido, pero nunca vivió a su sombra.

Esta mujer inteligente, que dedicó toda su vida profesional a la enseñanza, destacó por su especial entrega a los hijos de los trabajadores durante su estancia en una escuela de la Sociedad de Amigos del Progreso, en el barrio de Tetuán de Madrid.

La Sociedad de Amigos del Progreso estaba vinculada y financiada por algunas Logias Masónicas de Madrid, entre otras por la Logia Ibérica, como podemos saber a través del Boletín del Grande Oriente Español núm. 177 de 28 de enero de 1907.

Estas escuelas laicas promovían el librepensamiento, el humanismo y el amor a la naturaleza, bajo los principios masónicos de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

Así pues, podemos afirmar que Sofía, cuando comenzó a preparar las oposiciones, estaba relacionada con la masonería. Y podemos suponer que esta relación se prolongó en Palencia. Si así fuera, esto nos ayudaría a entender mejor su intervención en un acto de las Escuelas de las Huertas del Pombo (Palencia) que tuvo lugar en noviembre de 1933, al poco tiempo de llegar con su familia. En sus palabras, recogidas en el Boletín de Educación de la provincia de Palencia, además de los principios masónicos, resuenan los postulados pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza

Tenemos la pretensión de haberles hecho comprender que todos los niños y todos los hombres tienen idénticas necesidades; que los de un barrio y los del otro, los de una provincia y otra provincia, los de una nación y otra nación son hermanos, forman parte del gran conjunto de la Humanidad.

Estas afirmaciones debieron ser una de “sus malas conductas” de que fue acusada y que llevaron a unos desalmados a acabar con su vida

Hoy todavía nos seguimos preguntamos si su visión humanista y su pasión por una educación libre, sin adoctrinamientos religiosos, pudo ser la causa de su brutal asesinato y de su desaparición.

Sofía Polo en las escuelas de Huertas del Pombo (Palencia) 1933

Sofía Polo en las escuelas de Huertas del Pombo (Palencia) 1933

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Arturo, un joven brillante y revolucionario (1913-1929)

En la escuela de Calaceite con sus alumnos 1919

En la escuela de Calaceite con sus alumnos 1919 (segunda fila, cuarto por la derecha)

Arturo, un joven brillante y revolucionario (1913-1929)

Arturo empezó sus estudios de Magisterio en 1913, a los 15 años, en la Escuela Normal Superior de Maestros de Barcelona. Ese año ya obtuvo la calificación de sobresaliente en las prácticas del Grado Elemental. Cursó tres años completos en Barcelona y terminó el cuarto curso en Zaragoza.

En 1917, a los 19 años, acabada la carrera, sustituyó a su padre en la escuela de Calaceite, y al año siguiente aprobó las oposiciones.

De 1918 a 1925 trabajó como maestro en Calatayud, donde ingresó en la Asociación de Maestros de Calatayud (La Libertad, 17 de diciembre de 1920). Durante su estancia en Calatayud publicó varios artículos en El Socialista. Destacan los que trataban sobre la libertad pedagógica, los grupos de estudio y la inspección escolar. Fueron años de intensa actividad. También dirigió un Centro Instructivo para personas mayores y trabajadores que, al parecer, había comenzado a funcionar en 1922. Este Centro, acusado de dedicarse a la propaganda comunista, se cerró por orden gubernativa en la primavera de 1925. Como consecuencia Arturo fue detenido y encarcelado. El hecho fue recogido por la prensa de todo el país: Heraldo de Zamora, El Siglo Futuro[1], El Diario Palentino y La Libertad[2], según tenemos noticias.

El 1 de julio de 1925, en La Revista Blanca[3] aparecía un artículo titulado “Suscripción Internacional a favor de los presos por cuestiones sociales”. Y uno de los presos que recibió apoyo en Calatayud fue Arturo: 2 pesetas.

De este tiempo de cárcel son sus escritos, publicados en El Socialista, Entre rejas. Maylán y Petrom”, (5/10/1925) y “Conversaciones” (2/11/1925).[4]

La prensa de la época recogía las manifestaciones del Gobernador civil en las que aseguraba que las responsabilidades serían depuradas y el castigo inexorable. Pero las pruebas, los testimonios y el alegato del propio Arturo propiciaron que en 1926 se cerrara el expediente con una amonestación privada.

Suponemos que durante su estancia en Calatayud conoció a Sofía Polo Giménez, la que sería su compañera y la madre de sus tres hijos.

Ese mismo año de 1926 Arturo pidió la excedencia y, gracias a la amistad que le unía con Manuel Bartolomé Cossío, él y su mujer encontraron trabajo en las escuelas de la “Fundación Sierra Pambley” (Villablino, León), regida por la Institución Libre de Enseñanza (ILE), donde permaneció la familia hasta 1929. Estando en Villablino aprobó el ingreso para la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. Fue rehabilitado y en 1928 reingresó en la escuela de San Esteban, en Guadalajara, en la que estuvo poco tiempo porque en abril de 1929 le concedieron un permiso de tres meses, sin sueldo para asuntos propios, por el nacimiento de su segundo hijo, Adolfo, que nació el 21 de marzo de 1929. Helios-Arturo también había nacido en Villablino el 15 de noviembre de 1927.

En el curso 1929/1930 estuvo en Zaragoza, destinado a las escuelas del barrio del Castillo, en las Delicias, en la misma escuela a la que también fue destinada la maestra Pilar Salvo Giménez[5]. Pero en septiembre de 1929, cuando aprobó el ingreso para la Sección de Letras de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio en Madrid, le concedieron permiso para cursar dichos estudios. Durante este tiempo su mujer y los dos niños permanecieron en Villablino en donde Sofía trabajaba de maestra.

 

[1] Periódico de Madrid defensor del carlismo.

[2] Periódico de Madrid de carácter progresista

[3] Publicación anarquista, crítica con la CNT, editada en Barcelona de 1923 a 1935.

[4] Revista XIX y Veinte nº 8, Verano-Otoño 2013

[5] Activa militante de la FETE-UGT, Presidenta de la Asociación Pro Infancia Obrera y militante del Partido Radical Socialista. En abril de 1936 era directora de las escuelas zaragozanas al aire libre Gimeno Rodrigo y creó una biblioteca escolar en el populoso barrio de las Delicias. Esta maestra, brillante oradora, articulista y política, luchadora en defensa del laicismo en la escuela, de los derechos de la mujer y de la necesidad de consolidar las bibliotecas escolares, fue fusilada el 22 de agosto de 1936.

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Hoy hace 78 años. Aquel 8 de septiembre de 1936…

1934, pasaporte de Arturo Sanmartín

1934, pasaporte de Arturo Sanmartín

En junio había regresado de su último viaje por Europa como Pensionado de la Junta de Ampliación de Estudios, y se quedó ese mes de julio en Palencia para presidir un tribunal de oposiciones de magisterio. Y, de repente, el proyecto democrático y progresista de España se rompió.
Mi padre, Arturo Sanmartín, permaneció escondido durante varias semanas y tras conocer el asesinato de su mujer, Sofía -sucedido en el mes anterior-, se abandonó a su suerte. Y ésta no pudo ser peor: detenido, paseado por las calles de Palencia, injuriado y finalmente asesinado y desaparecido en algún camino. Allí siguen sus huesos, y aquí estamos nosotras para mantenerte presente.

Natalia Sanmartín Polo –hija-
Consuelo Peláez Sanmartín –nieta-

Arturo Sanmartín Suñer

La libertad pedagógica

 

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Setenta y ocho años, y seguimos sin saber nada

Sofía con Adolfo, Villablino (León) 1929

Sofía con Adolfo, Villablino (León) 1929

En 1936, en un día como hoy, fue asesinada y desaparecida mi madre Sofía Polo Giménez, durante el periodo del “terror caliente”, como denomina el profesor Julián Casanova Ruiz a los primeros momentos del alzamiento franquista.
Su muerte violenta y su desaparición, un dolor permanente en nuestro corazón.
El ensañamiento que sus asesinos emplearon contra su cuerpo nos da idea de cómo debía ser aquella mujer en la Palencia de los años 30: maestra republicana, militante de la FETE, defensora de la enseñanza pública y laica, trabajadora incansable para mejorar la educación de los niños y de las niñas, y las condiciones de trabajo de los maestros.
Su vida fue la enseñanza y a causa de ella se la quitaron.
No te olvidaremos.
Tu hija: Natalia Sanmartín Polo
Tu nieta: Consuelo Peláez Sanmartín

Sofía Polo Giménez

Sofía

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MEMORIA COMPARTIDA

Los manuales de Historia de España que utilizamos en Segundo de Bachillerato  suelen tener una concepción objetiva sin apenas dar entrada a formulaciones divergentes o contrapuestas. De aquí la dificultad de que las ideas, vivencias, emociones o  representaciones  de los alumnos puedan tener entrada en las aulas. Ello hace que, a veces, resulte difícil mantener el interés y la motivación por un saber histórico, dado que lo ven escasamente relacionado con sus preocupaciones y problemas.

Por ello este periodo de nuestra historia tan reciente resulta muy útil estudiarlo desde una  óptica distinta. El objetivo es no sólo conocer sino comprender. Sobre todo porque creo lo que hace  tiempo escribió Benjamin Franklin: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. El método para lograrlo era hacer que los alumnos preguntaran a los propios protagonistas de la historia, en algunos casos sus abuelos, en otros sus padres. Si añadimos a estas fuentes orales la presencia en las aulas de algunas personas que vivieron este periodo, ello les permitía comprender la emoción, el dolor  que sintieron los protagonistas. Porque creo que es necesario  conocer nuestra historia, saber  honestamente y verazmente lo que sucedió, por trágico que sea, para extraer una lección fundamental: no se puede justificar la violencia, la imposición o la guerra, ni la dictadura de cualquier signo. Al  escuchar emocionada  los testimonios de Natalia y de los alumnos creo que hemos puesto un granito de arena  a que piensen que el progreso moral de la humanidad se mide por la conciencia de responsabilidad que tiene la generación presente con el pasado. No podemos permitir que tanto terror y tanta violencia nos haga perder la compasión, la memoria o la justicia.

Fdo. Pilar de la Vega Cebrián

Heraldo de Aragón 20 de mayo de 2009

Heraldo de Aragón 20 de mayo de 2009

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Natalia, pionera de la educación de adultos

El último destino profesional de Natalia fue el Centro de Educación Permanente de Adultos de Teruel. Allí fue la directora y allí se jubiló en 1996. Unos años más tarde el Centro le rindió homenaje, entregándole el premio «Isabel de Segura»en reconocimiento a la importante labor que había realizado, en la provincia de Teruel, en favor de la educación de adultos. Al agradecer el premio Natalia dijo, entre otras cosas: «…quiero destacar que mis mejores alumnas han sido las mujeres…». Y Rafael Lorenzo, Director Provincial de Educación, recordó que para Natalia Sanmartín «la cultura es un elemento que iguala a la sociedad y la enriquece».

Natalia Sanmartín recibe el premio Isabel de Segura por su contribución a la educación de adultos en la provincia de Teruel. Diario de Teruel 28 de mayo de 2003

Natalia Sanmartín recibe el premio Isabel de Segura por su contribución a la educación de adultos en la provincia de Teruel. Diario de Teruel 28 de mayo de 2003

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