Hoy 24 de marzo se celebra el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas. Esta celebración comenzó en Argentina, en la misma fecha, con el lema «Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia». Con esta celebración se quiere recordar las muertes de civiles causadas por la última dictadura militar que gobernó el país. La fecha hace referencia a la del golpe de Estado que depuso al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. De esta forma, el 24 de marzo de 1976 comenzó la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina.
En 2002, el Congreso de Argentina creó el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para conmemorar a las víctimas del proceso militar de 1976. Pero esta ley, además de fijar esta fecha para recordar a las víctimas de la represión militar del General Videla, establece lo siguiente: “las autoridades educativas de las distintas jurisdicciones acordarán la inclusión en los respectivos calendarios escolares de jornadas alusivas al Día Nacional (…) que consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos”.
En 2010, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo como Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, con el propósito de, entre otros:
- Promover la memoria de las víctimas de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y la importancia del derecho a la verdad y la justicia;
- Rendir tributo a quienes han dedicado su vida a la lucha por promover y proteger los derechos humanos de todos y a quienes la han perdido en ese empeño;
¿Y qué hemos hecho en España para recordar a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo?. Poca cosa, y ninguna tendente a conseguir justicia y reparación para las víctimas y sus familiares. De incluir este tema en las escuelas, ni hablamos.
Nosotros ya no tenemos prisa porque estamos muertos, pero seguimos esperando, a través de nuestros hijos y de nuestros nietos, que el Estado español reconozca que el Gobierno legítimo de la II República fue derrocado por unos militares golpistas y fascistas que asesinaron impunemente a civiles inocentes, que destrozaron la vida de miles de familias durante los más de cuarenta años de dictadura implacable. También seguimos esperando que tenga la valentía de aprobar las normas que devuelvan la dignidad pública a quienes demostramos tenerla en el mayor alto grado.
Consuelo Peláez Sanmartín en nombre de mis abuelos Arturo Sanmartín y Sofía Polo, y de mi bisabuelo Ventura Polo