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FUERA TELARAÑAS_SOFÍA POLO GIMÉNEZ

Sofía Polo 192?-1936

Hoy se cumplen 80 años del asesinato y desaparición de mi abuela Sofía Polo. En su memoria reproducimos su intervención  en la inauguración de las escuelas de Huertas de Pombo, Palencia, el domingo 12 de noviembre de 1933. En esta escuelas debió realizar las prácticas siendo cursillista de magisterio. Todas sus notas, cuadernos, trabajos y fotografías  también han desaparecido.

“Nuestras enseñanzas han estado orientadas de tal forma que desarrollaran la actividad del niño.

El niño se manifiesta siempre activo, de no hallarse enfermo. Todas las madres saben el trabajo que cuesta hacer que sus hijos se estén quietos. Esta actividad debe aprovecharla la Maestra para realizar la labor escolar. La enseñanza hemos procurado hacerla sin memorismo, poniendo al niño frente a las cosas para que éstas le sugieran, ideas nuevas y le inciten a trabajar.

Hemos procurado dar al niño en la escuela aquella libertad compatible con la labor escolar. Libertad para hacer, para trabajar: no para dejar de hacer y que perturbe a los demás de la clase.

También hemos tratado de ser para los niños tanto amigos como Maestros. Las relaciones de camaradería entre Maestros y niños, permiten enterarse de sus ideas, de sus gustos, de sus deseos y también de sus defectos. Esto hace que pueda influirse mejor en ellos. En todo momento hemos sido sus compañeros, en el trabajo y en el juego.

Hay asignaturas en el Programa escolar que según cómo se orienten, forman su espíritu en un sentido o en· otro. Las enseñanzas y toda nuestra labor, han tenido carácter pacifista y moral. Tenemos la pretensión de haberles hecho comprender que todos los niños y todos los hombres tienen idénticas necesidades; que los de un barrio y los de otro, los de una provincia y otra provincia, los de una nación y otra nación son hermanos, forman parte del gran conjunto de la Humanidad.

De este modo hemos influido para que cada día fuesen mejores, y sin hablarles de dogmas religiosos, pusieran en práctica la máxima del Evangelio. Lo que no quieras para tí, no lo desees para otro.

Hay otras actividades que no están dentro del Programa escolar; pero que también ha de desarrollar la Escuela. Una de éstas es la Asociación infantil. Los niños sienten necesidad de jugar, de hacer excursiones, de leer libros de cuentos. No podrían lograrlo aisladamente. Nosotros les hemos hecho ver cómo juntando sus pequeños ahorros llegarían a tener todas estas cosas. Esto ha dado lugar a que niños y niñas crearan juntos la “Asociación Infantil de Huertas de Pombo”.

Un donativo entregado a dicha Asociación por el señor Alcalde de Palencia, contribuyó poderosamente a que algunos de los fines de la Asociación se viesen satisfechos inmediatamente. Hoy cuenta ya con un balón, una pelota, una pelota, una cuerda para saltar y otros objetos de juego. Además, un lote de libros de cuentos y aventuras que pueden ser el germen de una biblioteca escolar.

Todo lo dicho se refiere a la labor realizada con los niños. Pero, hay otra labor que está por realizar y que se refiere a las Autoridades y a los padres: consiste en la organización de un Comedor y de un ropero escolar. Para llevar esto a cabo es preciso que los padres se agrupen en torno de la escuela, prestándole su entusiasta colaboración, y que las Autoridades en general contribuyan a realizar esta idea.”

Boletín de Educación de Palencia núm. 3, Noviembre de 1933

Consuelo Peláez Sanmartín -nieta-

 

 

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FUERA TELARAÑAS: FORMAR HOMBRES Y MUJERES, Y VICEVERSA

Francisco Giner de los Ríos

Francisco Giner de los Ríos

«Transformad esas antiguas aulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que aísla y hace imposible toda intimidad con el discípulo; suprimid el banco, la grada, el anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tedio. Romped esas enormes masas de alumnos, por necesidad constreñidas a oír pasivamente una lección o a alternar en un interrogatorio de memoria, cuando no a presenciar desde distancias increíbles ejercicios y manipulaciones de que apenas logran darse cuenta. Sustituid en torno del profesor a todos esos elementos clásicos por un círculo poco numeroso de escolares activos que piensan, que hablan, que discuten, que se mueven, que están vivos, en suma, y cuya fantasía se ennoblece con la idea de una colaboración en la obra del maestro. Vedlos excitados por su propia espontánea iniciativa, por la conciencia de sí mismos, porque sienten ya que son algo en el mundo y que no es pecado tener individualidad y ser hombres. Hacedlos medir, pesar, descomponer, crear y disipar la materia en el laboratorio; discutir, como en Grecia, los problemas fundamentales del ser y destino de las cosas; sondear el dolor en la clínica, la nebulosa en el espacio, la producción en el suelo de la tierra, la belleza y la Historia en el museo; que descifren el jeroglífico, que reduzcan a sus tipos los organismos naturales, que interpreten los textos, que inventen, que descubran, que adivinen formas doquiera… Y entonces la cátedra es un taller y el maestro un guía en el trabajo; los discípulos, una familia; el vínculo exterior se convierte en ético e interno; la pequeña sociedad y la grande respiran un mismo ambiente; la vida circula por todas partes y la enseñanza gana en fecundidad, en solidez, en atractivo, lo que pierde en pompas y en gallardas libreas.» Francisco Giner de los Ríos, Discurso Inaugural del curso 1880-1881 en la Institución Libre de Enseñanza.

 

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FUERA TELARAÑAS

La guerra ya había empezado y el periodo de “terror caliente”, como lo ha llamado el profesor Julián Casanova, estaba a punto de iniciarse.

Pero ellos no lo sabían, ni lo sospechaban. Aunque, seguramente inquietos y preocupados por los acontecimientos, todos continuaban con sus quehaceres diarios. Mi bisabuelo Ventura, en Torrijo de la Cañada; mi abuela Sofía, con los niños y niñas en la colonia de verano que el Ayuntamiento de Palencia había organizado en la Casa Pequeña del Monte el Viejo; y mi abuelo Arturo, con los asuntos de la Inspección de Enseñanza Primaria y de presidente de tribunal de las oposiciones de maestros que se iban a celebrar en aquel verano de 1936.

No puedo ni imaginar cómo fueron aquellos momentos de zozobra y de angustia hasta que a cada uno de ellos le llegó el momento de su asesinato.

Pero este año en el que se cumplen 80 de la destrucción del mejor proyecto democrático que ha tenido este País, y la destrucción del, sin ningún lugar a dudas, mejor proyecto educativo que se ha desarrollado en la historia contemporánea de España -la Institución Libre de Enseñanza-. También se cumplen 80 años de injusticia para los defensores de la Segunda República española y para sus familias. Me parece que recordarlos con música, con poesía, con pintura o con cualquier forma de expresión cultural es una forma alegre de romper el silencio y ese velo negro que llevamos todavía encima de nuestras cabezas. A mi abuela seguro que le habría encantado.

Voy a iniciar este ciclo con el nombre “Fuera telarañas”, que terminará el 13 de septiembre –fecha del asesinato de mi abuelo- con una canción, que describe bien cómo era la vida de los maestros que la II República quiso cambiar, y que por ello algunos fueron brutalmente asesinados y desaparecidos: “El maestro” de Patxi Andión.

Si algún lector o lectora del blog quiere participar en la construcción de este ciclo, será bienvenido.

Fdo. Consuelo Peláez Sanmartín -nieta-

 

 

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OTRO 18 DE JULIO

Hace unos meses el archivero de la Fundación Sierra Pambley, Javier González Cachafeiro, me hizo llegar 40 cartas de mi abuelo que desconocía. Han tenido que pasar 80 años desde su muerte para que pudiera tener un primer documento manuscrito.

Mi madre, su hija, ha cumplido 84 años ¿Se imaginan? Toda su vida sin haber podido disfrutar de una simple cuartilla con unas letras de su padre y, por supuesto, de ninguna de su madre.

La dictadura que sufrimos durante 40 años en este país pretendió destruir no sólo los cuerpos de los hombres y mujeres que trabajaron para que la II República fuera posible. Sino que pretendió destruir, y casi lo consiguió, la memoria y el trabajo de esos hombres y mujeres: maestros, labradores, abogados, panaderos, médicos, albañiles que quisieron una España más próspera, más culta y más justa para todos los ciudadanos.

Este 18 de Julio va a ser un día distinto para mí, no sólo porque, por fin, he podido ver algunas cartas de mi abuelo, sino porque he descubierto una coincidencia terrible: el 18 de Julio de 1926 mis abuelos, Arturo y Sofía, unieron sus vidas para siempre, hasta que la muerte los separó diez años después. Sus muertes sucedieron en el verano de 1936, después de otro infausto 18 de julio.

Mi abuelo, en una carta que le envió a D. Manuel B. Cossío, el 8 de agosto de 1926, desde Calatayud le decía:

A mi llegada a Madrid le visitaré a V. para saludarle y para recibir cuantas indicaciones tenga a bien hacerme, y al mismo tiempo para presentarle a la mujer compañera de mi vida, a la cual estoy unido ya desde el 18 del pasado julio. Le estrecha la mano,

 Carta a Cossío 1926 Calatayud

Consuelo Peláez Sanmartín -nieta-

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Sofía Polo: maestra pacifista, sin dogmas religiosos

  • ¿Estuvo relacionada su desaparición con la persecución de los masones?

En otoño de 1933, Sofía Polo, maestra de una escuela de la Sociedad de Amigos del Progreso, había comenzado a preparar las oposiciones de Magisterio en Madrid, justo en el momento en que tuvo que trasladarse a Palencia con toda su familia, porque su marido, Arturo Sanmartín, había sido nombrado Inspector de Enseñanza Primaria en la capital palentina

Allí continuó con una preparación que la llevó a obtener el número dos en las primeras oposiciones que se convocaron. Este dato, con otros de su biografía, nos confirma que Sofía era una mujer brillante, con criterio propio; que Sofía siempre acompañó a su marido, pero nunca vivió a su sombra.

Esta mujer inteligente, que dedicó toda su vida profesional a la enseñanza, destacó por su especial entrega a los hijos de los trabajadores durante su estancia en una escuela de la Sociedad de Amigos del Progreso, en el barrio de Tetuán de Madrid.

La Sociedad de Amigos del Progreso estaba vinculada y financiada por algunas Logias Masónicas de Madrid, entre otras por la Logia Ibérica, como podemos saber a través del Boletín del Grande Oriente Español núm. 177 de 28 de enero de 1907.

Estas escuelas laicas promovían el librepensamiento, el humanismo y el amor a la naturaleza, bajo los principios masónicos de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

Así pues, podemos afirmar que Sofía, cuando comenzó a preparar las oposiciones, estaba relacionada con la masonería. Y podemos suponer que esta relación se prolongó en Palencia. Si así fuera, esto nos ayudaría a entender mejor su intervención en un acto de las Escuelas de las Huertas del Pombo (Palencia) que tuvo lugar en noviembre de 1933, al poco tiempo de llegar con su familia. En sus palabras, recogidas en el Boletín de Educación de la provincia de Palencia, además de los principios masónicos, resuenan los postulados pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza

Tenemos la pretensión de haberles hecho comprender que todos los niños y todos los hombres tienen idénticas necesidades; que los de un barrio y los del otro, los de una provincia y otra provincia, los de una nación y otra nación son hermanos, forman parte del gran conjunto de la Humanidad.

Estas afirmaciones debieron ser una de “sus malas conductas” de que fue acusada y que llevaron a unos desalmados a acabar con su vida

Hoy todavía nos seguimos preguntamos si su visión humanista y su pasión por una educación libre, sin adoctrinamientos religiosos, pudo ser la causa de su brutal asesinato y de su desaparición.

Sofía Polo en las escuelas de Huertas del Pombo (Palencia) 1933

Sofía Polo en las escuelas de Huertas del Pombo (Palencia) 1933

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Arturo, un joven brillante y revolucionario (1913-1929)

En la escuela de Calaceite con sus alumnos 1919

En la escuela de Calaceite con sus alumnos 1919 (segunda fila, cuarto por la derecha)

Arturo, un joven brillante y revolucionario (1913-1929)

Arturo empezó sus estudios de Magisterio en 1913, a los 15 años, en la Escuela Normal Superior de Maestros de Barcelona. Ese año ya obtuvo la calificación de sobresaliente en las prácticas del Grado Elemental. Cursó tres años completos en Barcelona y terminó el cuarto curso en Zaragoza.

En 1917, a los 19 años, acabada la carrera, sustituyó a su padre en la escuela de Calaceite, y al año siguiente aprobó las oposiciones.

De 1918 a 1925 trabajó como maestro en Calatayud, donde ingresó en la Asociación de Maestros de Calatayud (La Libertad, 17 de diciembre de 1920). Durante su estancia en Calatayud publicó varios artículos en El Socialista. Destacan los que trataban sobre la libertad pedagógica, los grupos de estudio y la inspección escolar. Fueron años de intensa actividad. También dirigió un Centro Instructivo para personas mayores y trabajadores que, al parecer, había comenzado a funcionar en 1922. Este Centro, acusado de dedicarse a la propaganda comunista, se cerró por orden gubernativa en la primavera de 1925. Como consecuencia Arturo fue detenido y encarcelado. El hecho fue recogido por la prensa de todo el país: Heraldo de Zamora, El Siglo Futuro[1], El Diario Palentino y La Libertad[2], según tenemos noticias.

El 1 de julio de 1925, en La Revista Blanca[3] aparecía un artículo titulado “Suscripción Internacional a favor de los presos por cuestiones sociales”. Y uno de los presos que recibió apoyo en Calatayud fue Arturo: 2 pesetas.

De este tiempo de cárcel son sus escritos, publicados en El Socialista, Entre rejas. Maylán y Petrom”, (5/10/1925) y “Conversaciones” (2/11/1925).[4]

La prensa de la época recogía las manifestaciones del Gobernador civil en las que aseguraba que las responsabilidades serían depuradas y el castigo inexorable. Pero las pruebas, los testimonios y el alegato del propio Arturo propiciaron que en 1926 se cerrara el expediente con una amonestación privada.

Suponemos que durante su estancia en Calatayud conoció a Sofía Polo Giménez, la que sería su compañera y la madre de sus tres hijos.

Ese mismo año de 1926 Arturo pidió la excedencia y, gracias a la amistad que le unía con Manuel Bartolomé Cossío, él y su mujer encontraron trabajo en las escuelas de la “Fundación Sierra Pambley” (Villablino, León), regida por la Institución Libre de Enseñanza (ILE), donde permaneció la familia hasta 1929. Estando en Villablino aprobó el ingreso para la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. Fue rehabilitado y en 1928 reingresó en la escuela de San Esteban, en Guadalajara, en la que estuvo poco tiempo porque en abril de 1929 le concedieron un permiso de tres meses, sin sueldo para asuntos propios, por el nacimiento de su segundo hijo, Adolfo, que nació el 21 de marzo de 1929. Helios-Arturo también había nacido en Villablino el 15 de noviembre de 1927.

En el curso 1929/1930 estuvo en Zaragoza, destinado a las escuelas del barrio del Castillo, en las Delicias, en la misma escuela a la que también fue destinada la maestra Pilar Salvo Giménez[5]. Pero en septiembre de 1929, cuando aprobó el ingreso para la Sección de Letras de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio en Madrid, le concedieron permiso para cursar dichos estudios. Durante este tiempo su mujer y los dos niños permanecieron en Villablino en donde Sofía trabajaba de maestra.

 

[1] Periódico de Madrid defensor del carlismo.

[2] Periódico de Madrid de carácter progresista

[3] Publicación anarquista, crítica con la CNT, editada en Barcelona de 1923 a 1935.

[4] Revista XIX y Veinte nº 8, Verano-Otoño 2013

[5] Activa militante de la FETE-UGT, Presidenta de la Asociación Pro Infancia Obrera y militante del Partido Radical Socialista. En abril de 1936 era directora de las escuelas zaragozanas al aire libre Gimeno Rodrigo y creó una biblioteca escolar en el populoso barrio de las Delicias. Esta maestra, brillante oradora, articulista y política, luchadora en defensa del laicismo en la escuela, de los derechos de la mujer y de la necesidad de consolidar las bibliotecas escolares, fue fusilada el 22 de agosto de 1936.

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Hoy hace 78 años. Aquel 8 de septiembre de 1936…

1934, pasaporte de Arturo Sanmartín

1934, pasaporte de Arturo Sanmartín

En junio había regresado de su último viaje por Europa como Pensionado de la Junta de Ampliación de Estudios, y se quedó ese mes de julio en Palencia para presidir un tribunal de oposiciones de magisterio. Y, de repente, el proyecto democrático y progresista de España se rompió.
Mi padre, Arturo Sanmartín, permaneció escondido durante varias semanas y tras conocer el asesinato de su mujer, Sofía -sucedido en el mes anterior-, se abandonó a su suerte. Y ésta no pudo ser peor: detenido, paseado por las calles de Palencia, injuriado y finalmente asesinado y desaparecido en algún camino. Allí siguen sus huesos, y aquí estamos nosotras para mantenerte presente.

Natalia Sanmartín Polo –hija-
Consuelo Peláez Sanmartín –nieta-

Arturo Sanmartín Suñer

La libertad pedagógica

 

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Setenta y ocho años, y seguimos sin saber nada

Sofía con Adolfo, Villablino (León) 1929

Sofía con Adolfo, Villablino (León) 1929

En 1936, en un día como hoy, fue asesinada y desaparecida mi madre Sofía Polo Giménez, durante el periodo del “terror caliente”, como denomina el profesor Julián Casanova Ruiz a los primeros momentos del alzamiento franquista.
Su muerte violenta y su desaparición, un dolor permanente en nuestro corazón.
El ensañamiento que sus asesinos emplearon contra su cuerpo nos da idea de cómo debía ser aquella mujer en la Palencia de los años 30: maestra republicana, militante de la FETE, defensora de la enseñanza pública y laica, trabajadora incansable para mejorar la educación de los niños y de las niñas, y las condiciones de trabajo de los maestros.
Su vida fue la enseñanza y a causa de ella se la quitaron.
No te olvidaremos.
Tu hija: Natalia Sanmartín Polo
Tu nieta: Consuelo Peláez Sanmartín

Sofía Polo Giménez

Sofía

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La libertad pedagógica

Escuela de Calaceite, Arturo tenía 17 años y ya ejercía como maestro

Escuela de Calaceite, Arturo tenía 17 años y ya ejercía como maestro

Así se titula el primero de los artículos que el profesor Herminio Lafoz ha rescatado de «El Socialista», escritos por Arturo Sanmartín entre 1924 y 1926. En ellos, como dice el profesor Lafoz, refleja su estancia en la cárcel de Calatayud en la que estuvo preso en 1925, acusado de comunista, por dirigir un Centro Instructivo -no autorizado- en el que daba clase a obreros y obreras al finalizar su jornada laboral. El resto de los artículos tratan sobre cuestiones pedagógicas que en palabras de Herminio Lafoz «muestra el alto grado de preparación teórica de la que haría alarde en años posteriores».

Estos artículos han sido publicados en la Revista de Historia y Pensamiento Contemporáneos «XIX y Veinte», número 8, verano-otoño 2013.

La libertad pedagógica

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La enseñanza, una ilusión compartida. La memoria de Natalia

La enseñanza_una ilusión compartida_Natalia

«Mis padres estuvieron siempre muy comprometidos con la época que les tocó vivir: queriendo una enseñanza pública, laica y de calidad para todos; queriendo igualdad, libertad y justicia para todos. Justicia, no caridad. Les costó muy cara esa postura ante la derecha conservadora y clerical que dominaba en toda Castilla en los años de la República. Y que aún perdura.» De la presentación del libro en marzo de 2009 en Calaceite, por Natalia Sanmartín

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